Marie-Ange y Béatrice son madre e hija , en lo bueno y en lo malo. Un día de 1996, cuando las raíces rouergates, vascas y béarnaises encontraron las flores de hoy, la voz se añadió a la sangre y la savia retenida durante tanto tiempo, perló.
El grupo “De Maïre en filha” nació entonces, en 1996, cuando Béatrice y Marie-Ange intentaron encontrar juntas la emoción de sus orígenes aprendiendo los cantos que entonaban con voz temblante los ancestros, mujeres y hombres, poseedores de una sabiduría indudable, desaparecidos después en su mayoría. Estos cantos se han convertido en la trama de un primer CD, a capella, consagrados de manera más precisa a los cantos de Rouergue (de Aveyron).
En el transcurso de esta búsqueda, descubrieron que cada uno de los cantos que esas tierras habían hecho nacer tenía un color propio, una historia particular, y una carga emocional y espiritual. Sintieron que la música popular no está hecha de notas sino de rostros, de cosas compartidas, de sensaciones: es un arte oral, un arte “de paso”.
Entonces, sin saber a quién más dirigirse para recibir de boca a boca, de corazón a corazón, su misión se encaminó cada vez más a impregnarse de esos cantos, de lo que desprenden, dejarse moldear por ellos… para intentar revelar el sentido profundo, la función iniciática o el rol simbólico, pretendiendo hacer manifiesta su fuerza y su misterio.
Béatrice tiene la íntima convicción, no obstante, de que “estos cantos de todos los tiempos, han sido una manera de relacionarse con nuestro <
De esta situación nació un segundo CD llamado “Terra Maïre”: Cantos arcaicos y sagrados de Occitania, compuesto por cantos de montaña, de “cantos brujos” o “circulares”, y de cantos de plegaria o reservados a la cultura del “vínculo”. Estos nuevos cantos cubren toda Occitania.
Su nombre de escena se convierte entonces en Terra Maïre: Tierra Madre.
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